Se estima que alrededor del 80% de los determinantes de la salud se encuentran fuera del sistema sanitario convencional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 23 % de las muertes en todo el mundo están relacionadas con el medio ambiente. Esta cifra podría reducirse si se unen esfuerzos para conectar la salud y la planificación urbanística con el objetivo de conseguir un urbanismo más saludable.
Establecer unas bases en el modelo urbano que priorice la mejora de la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, es fundamental para minimizar los factores que condicionan gran parte de las enfermedades que sufrimos.
La guía establece las orientaciones técnicas para que los equipos redactores de los documentos de evaluación ambiental de los planes de ordenación urbanística municipal (POUM) consideren la salud de manera transversal y continuada a lo largo de los procedimientos, pero que también pueda servir como documento de interés para el conjunto de profesionales implicados en la elaboración de los planes territoriales y urbanísticos.
De entre las orientaciones para fomentar unos principios de urbanismo saludable, la guía cita:
- El uso mixto del suelo, ofreciendo un amplio y diverso abanico de oportunidades y espacios para satisfacer las necesidades de la vida cotidiana: el trabajo, las compras, la educación, la salud, la cultura y el ocio.
- Una estructura de ciudad con una densidad media, con centros de actividad diversos.
- Un red viaria que conecte los diferentes barrios y núcleos poblacionales y que facilite el acceso a los espacios abiertos para la práctica de deportes y actividades de ocio, con prioridad para viandantes y ciclistas, con buenos circuitos que permitan acceder directamente a destinaciones clave y al transporte público.
En la guía podréis encontrar herramientas y recomendaciones para considerar la evaluación ambiental en los POUM’s según los siguientes aspectos clave:
- Modelo territorio urbano: definir y analizar las implicaciones ambientales del territorio afectado.
- Calidad del aire: verificar la existencia de contaminantes y las fuentes responsables a las cuales la población está expuesta.
- Calidad acústica: valorar la población expuesta a niveles de sonido nocivos para la salud.
- Espacios abiertos y espacios libres: introducir el concepto de infraestructura verde según las recomendaciones de la guía.
- Ciclo del agua: garantizar que se analiza el suministro y calidad del agua de la población.
- Riesgos naturales y tecnológicos: garantizar la seguridad de las personas de posibles riesgos naturales.
- Cambio climático: se debería incidir en la afectación sobre la salud derivada de algunos efectos previsibles que ya se van percibiendo del cambio climático (p. ejemplo muertes asociadas a los golpes de calor).
- Residuos y materiales: identificar de forma más clara el sistema de recogida, gestión y tratamiento de residuos generados del ámbito municipal, tara evitar efectos graves en la salud de la gente.
- Socioeconomía: analizar las características socieoeconómicas de la población para identificar necesidades sociales actuales y futuras para asegurar el bienestar de la población.